El tarro de ideas

Ahora que cocinar se ha puesto de moda entre los peques de la casa, que mejor idea que poder jugar a las cocinitas desde muy temprana edad.  Joel Henriques  es un prestigioso artista y diseñador de productos artesanales, hechos a mano, para niños y educadores. Sus proyectos tienen admiradores por todo el mundo y se ha convertido en un experto en la materia cuyas ideas creativas comparte en su blog Made by Joel . En esta ocasión ha creado una cocinita en miniatura para su hija pequeña que adora todo lo relacionado con la cocina, y así ha transformado una pequeña caja de lata en un maravilloso juguete en miniatura.

El secreto de su éxito está en utilizar cosas que forman parte de nuestra vida cotidiana y convertirlas en juguetes. Cosas tan sencillas como la tapa de un bote, trozos de madera y alambre y fieltro para darle un toque de color.

Y según cuenta el orgulloso papá  parece que a su hija le encanta!!  Y no me extraña porque es una idea estupenda. Joel comenta que no es un juguete para menores de 3 años, y que al contener piezas tan pequeñas, esto lejos de ser un inconveniente, es la excusa perfecta para que los mayores supervisen y mejor aún compartan juegos con ellos. Me imagino a mi misma de pequeña llevándome la caja a todas partes y creo que causaría el mismo efecto en cualquier niño porque es un juguete de lo más especial.

…No sólo no se ha acabado sino que lo vamos a empezar ahora! Pensando en hacer un regalo para un bebé de pocos meses se me ocurrió una sencilla idea. Tenía que ser un juguete, creativo y a la vez educativo. Fácil ¿verdad? Pues después de visitar numerosas tiendas físicas y virtuales al final no encontré lo que buscaba. Suele ocurrir que cuando necesitas algo no le encuentras, pero lo tienes tan claro que no quieres rendirte y comprar cualquier cosa, ni hacer un regalo por cumplir.

Y de repente pensando pensando decidí crear algo con estas manitas.

¿Qué tal si hago un cuento de tela?

Además de ser un juguete, se puede hacer con materiales reciclados, telas,cintas y botones que tengamos en casa.¡ Es perfecto!

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Como este de Charla Anne, de fieltro con textos bordados.

¿Y porqué no?… ¡Un libro en el que se pueden esconder muchos tesoros y juguetes dentro!

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Con botones o abalorios, eso sí acuérdate de fijarlos bien para que no se suelten, sobre todo si van a jugar con ellos niños pequeños. Poner varios bolsillos, tapas que se puedan levantar o piezas que se pegan y despegan de fieltro, suele resultar muy atractivo visualmente y divertido para ellos. Juega con colores, texturas y formas. ¡¡Les encanta la variedad!! Aquí tienes una idea inspiradora, los cuentos de telas creados por Olivia O’ Shea que puedes encontrar en su tienda Saraneth.

Y si te gusta el resultado puedes hacer la colección completa. Uno para cada día de la semana…

Con el tiempo podrán reciclar alguno de ellos y convertirlo en un costurero, cuando tengan edad suficiente para hacer sus propios trabajos creativos cosidos a mano. Todos ellos son ideas originales de Patchwork Poterry.

Y para rizar el rizo, el complemento perfecto, muñecos de trapo para escenificar el cuento. Aquí te presento a Caperucita y el Lobo de Blita.

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Y como seguro que les irán regalando muchos más cuentos y libros podemos convertirlos en porta-libros como este, que podrán llevar a cualquier lado.

Y colorín colorado, esperando que te haya gustado, este cuento aquí si que se ha acabado…

Suelen decir por ahí, que los que conocen los refranes no pueden ser malas personas ;P. Los refranes son la expresión popular más bonita, porque tienen una historia, porque no incorporan expresiones inadecuadas (palabrotas, vamos) y sobre todo, porque son la esencia y marcan la idiosincrasia de cada pueblo.  Por eso hay que cuidarlos, y mantenerlos, porque son la base de nuestra cultura y nuestra riqueza lingüística.

Pero…¿Cuál es el origen de los refranes más populares?

Tener siete vidas como el gato

Este refrán se remonta al Antiguo Egipto, a la época de los faraones. Los gatos eran animales sagrados, el animal mediante el que se comunicaban los dioses con el pueblo. Debido a la facilidad de los gatos para caer de pie y salir tan panchos de muchas situaciones, se consideraba que estos animales tenían siete vidas.

Ponerse las botas

Usamos este refrán cuando nos hemos pegado una comilona y tenemos que pasar horas tirados en el sofá casi sin poder movernos. Pues precisamente de ahí viene este dicho, los que usaban botas antes eran las personas de clase acomodada (vamos, que tenían parné) y los que podían comer como si no hubiera un mañana.

Ni chica ni limoná

Este refrán viene cruzando el charco desde Latinoamérica; la chicha es una bebida alcohólica típica sudamericana y el término limonada se solía utilizar para denominar a las bebidas sin alcohol. Vamos, ni una cosa ni la otra.

Santa Rita, lo que se da no se quita

Esta Santa es patrona de las cosas imposibles. Cuenta la leyenda que una doncella fue a pedirle un novio a la Santa, y que ésta, se lo concedió a los pocos días. Pero el novio se le escapó al poco tiempo y la doncella se plantó delante de la Santa y le soltó «Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita».

Más vale tarde que nunca

Para encontrar los orígenes de este refrán tenemos que irnos a la antigua Grecia y al filósofo Diógenes Laercio. Ya de viejete, le entraron unas ganas enormes de estudiar música, y cuando el profesor le dijo que era tarde para eso, Diógenes le contestó con la famosa frase ¡Ole él!

Marcharse a la francesa

Todos nos hemos escapado un poco algunas veces a la francesa, pero ¿de dónde proviene la expresión? En la Francia del siglo XVIII se convirtió en signo de buena educación irse de las fiestas sin despedirse de nadie. Que para una vez, está bien, pero hacerlo siempre queda feo ¿no?

A Buenas horas mangas verdes

Esta expresión implica que alguien llegó tarde para lo que se le requería.

El origen de la frase proviene de un ejército formado en el año 1476 durante el mandato de los Reyes Católicos. El ejército de los mangas verdes fue constituido para prestar auxilio en cualquier tipo de emergencias y en muchas ocasiones se encontraban en loa caminos y campos para protegerlos de los malhechores. Sus miembros vestían un uniforme con coleto y mangas de color verde y se constituía como la primera policía nacional de Europa.

Relatan los cronistas de los siglos XVI y XVII que este ejército se ganó a pulso la fama de impuntualidad. Generalmente, cuando llegaban al lugar requerido para prestar el auxilio ya se habían cometido los desperfectos y siniestros. Y a veces tardaban tanto que los vecinos del pueblo habían resuelto el problema. De ahí que cuando se personaban en el lugar de los hechos, la gente les reprochaba diciendo: “¡A buenas horas, mangas verdes!”.

Esperamos que ahora cuando os salga pronunciar alguno de los tesoros refraneros, os acordéis de donde viene su significado…

Feliz jueves tarreros!