Hoy nuestro DIY (do it yourself) tarrero os va a encantar, por lo sencillo, sutil y sorprendente del resultado.
Transforma una sencilla puerta blanca, en una puerta con motivos geométricos que le va a dar volumen, gracia y un toque elegante a la par que informal. Te mola? Pues atento tutti!
Los materiales necesarios son:
Esmaltes de color blanco, arena, azul claro y gris claro. Estos son los colores que nosotros hemos usado, pero vosotros podéis usar combinaciones con tonos pastel, rosas palo, verdes…con tonos más potentes, negros, grises y blancos…
Una brocha, cinta de carrocero o washi tape y también una regla y lápiz, si queréis que las líneas estén más o menos rectas.
En nuestro caso hicimos primero una prueba en una madera pequeña para ver si la mezcla de colores nos convencía.
Después, como nuestra puerta esta llena de marcos, cogemos la regla para que las líneas que tracemos queden suficientemente rectas.
Sobre las líneas que hemos marcado sólo en algunos puntos, colocamos cinta adhesiva de carrocero o washi tape. Cintas ambas que podremos despegar sin que salte la pintura.
Ahora toca lo más divertido. Ponerse a pintar! Lo haremos de fuera de la cinta hacia dentro. De esta manera la pintura no se meterá dentro de la cinta y la línea quedará perfectamente marcada.
Una vez que la pintura se ha secado, despegamos la cinta poco a poco con cuidado.
¿Véis que resultado tan chulo? ¡Animaos y nos mandáis vuestras creaciones!