La verdad es que no recuerdo la mayor parte de los regalos que he ido recibiendo cada Navidad. Tampoco lo que hemos comido y cenado cada año en cada uno de los días señalados, a no ser que fuera lo tradicional y por supuesto esto no significaba que fuera lo más caro, sino lo que cada noche de fiesta mi madre preparaba año tras año con todo el cariño que le salía por todos los poros.

De lo que si me acuerdo con toda nitidez es de cómo y con quién he celebrado cada Navidad, cada noche vieja, de quienes se han ido, de quienes han aparecido y se han quedado en mi vida.

Y es que la emoción de ver a la gente que más te quiere, a los que hace tiempo que no ves, a los que extrañas, a los que admiras, a los que amas… Eso sí que no tiene igual, se graba a fuego y se queda para siempre.

Esto es lo que tiene la Navidad, la emoción del reencuentro, el mejor regalo.

Los chicos de General Optica lo han plasmado de lujo en su campaña  #verteesunregalo, que hace que se te salte la lagrimilla y que la verdad viene al pelo con su filosofía.

Las personas a las que hace 1000 años que no ves y significaron algo grande en tu vida, tu admirado cantante favorito, tu mascota perdida… JOoooooooo, qué bonito madre!

Si quieres emocionarte y sonreir después, prepara tus ojitos y piensa a quien te gustaría ver. Piensa en quien sería un regalo…