¡Extra! ¡Extra! Tenemos un ideón para que pases un finde en familia, solito, con tu madre, con tu perro, con quien quieras, ¡pero creativamente! ¿Preparado para un plan 2×1?

Y ¿por qué 2×1? te preguntarás. Pues porque primero te vas a ir a dar un paseo, tranquilito, relajado, sin pensar en nada más que en lo bonitos que están ahora los árboles… y después vas a dejar volar tu imaginación a lo Pocahontas para relajarte pintando. Apetecible, ¿verdad?

Sólo necesitas hojas que recojas en tu paseo zen y unos bolis de gel. No hace falta ni que sepas dibujar. Fíjate lo que te digo.

Hazte con un buen arsenal de hojas que todavía no estén totalmente secas y “crujientes” para que no se desmenucen en mil pedazos… Recuerda estas hojas mondas y lirondas porque vas a ver el cambio que van a dar…

¿Te has fijado en los colores que pueden llegar a tener las hojas? Mira qué rojo… Ni el rojo Valentino…

…y venga, boli en mano. Empieza las primeras hojas sin pensar mucho en lo que vas a hacer. A ver qué sale…

No te líes, lo que surja, lo que te pida la mano… como cuando hablas por teléfono y pintarrajeas a la vez…

Aprovecha si tienes hojas rojas para darle contraste a tope en blanco y turquesa. Sugieren estampados étnicos…

Fíjate, los dibujines siguen siendo de lo más sencillos…

Concéntrate en cada trazo…focaliza toda tu atención en lo que estás haciendo y disfruta.

Mira, ¿te acuerdas de las hojas que te decía al principio que recordaras? Parecen otras, ¿verdad?

¿Te has fijado en lo bien que queda un simple “pespunte” alrededor de todo el contorno?

Verás que es adictivo, y podrás ir complicando los diseños tanto como quieras.

¡Es empezar y no parar!