¿Quién se apunta a desayunar? Nosotros ponemos las tazas y las cucharas, y prometemos llevarlas en un packaging delicado y original. La buena conversación está asegurada, porque os contaremos qué es eso del Furoshiki y os enseñamos a hacerlo con vuestras propias manitas. ¿De verdad te puedes resistir a semejante proposición?
Érase una vez, en una cultura muy lejana, la japonesa, una tela cuadradita que era utilizada por los habitantes de aquellas tierras para diferenciar su ropa de la de los demás en las duchas tradicionales japonesas (que en japonés se dice “Furo”) Los japoneses extendían (del verbo “Shiki”) esa tela y ponían sus prendas encima para no llevarse por equivocación la ropa del vecino. Una gracia si resultaba no ser de tu talla…
Total, que como todo en esta vida su uso fue evolucionando, y aunque conservó el nombre de Furoshiki, se empezó a utilizar para transportar todo tipo de objetos, e incluso para envolver regalos. El arte del Furoshiki estaba a la orden del día y se transmitía de generación en generación.
Pero toda historia tiene sus trabas, y la de esta tela no iba a ser menos. Tuvo que luchar contra la aparición de nuevos materiales, como el plástico, un ritmo de vida acelerado y los nuevos modelos de transporte. Y aunque fue una lucha dura, no se rindió y el Furoshiki triunfó, llegando hasta la época actual convertido en toda una tendencia, un arte tradicional y habiéndose reinventado a sí mismo.
Su historia no tiene nada que envidiar a las grandes superproducciones, verdad?
¿A que te hemos puesto los dientes largos y te apetece aprender? Pues mira qué fácil!
¿Ha sido o no un desayuno de lo más interesante?
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