A medida que nos acercamos al invierno, va triunfando cada vez más el plan de “este finde: peli, sofá y manta” Y palomitas para los que no sabemos ver una película sin ellas. Pero ese es otro tema, hoy vamos a centrarnos en la parte “manta”.  Mantas gigantes, que sabiendo los puntos básicos basiquísimos del punto, valga la redundancia, puedes hacerlas tú mismo en una tarde!

Mira qué ganazas de lanzarse a esa cama… con esa manta, esa lana gordota gordota… Para hacerla sólo tienes que repetir uuuuuna y otra vez el punto del derecho, muy fácil de aprender si todavía no lo conoces.

Una vez agenciada la aguja tamaño XXL, y el ovillo que sería el sueño de cualquier gato juguetón… con semejante tamaño de material, tejes un metro cuadrado en menos que canta un gallo!

Dominados los dos puntos básicos, ya puedes lanzarte a la aventura, y alternar el derecho y el revés a modo de franjas…  Puedes hacerlo con lanas en colores degradados, y dar un toque genial a una habitación tan blanquita como esta.

…o venga, a lo loco, a cuadros!

Lo admitimos, no lo hemos probado, pero, ¿y tú? ¿has intentado tejer con las manos?  Sin agujas, sólo con las manos, nuestras herramientas más nuestras. En internet tienes videos mil. Tendremos que probar!

Y ya nivel experto… una manta de ochos. ¿Qué tendrán los ochos tejidos que son tan, tan, tan… adorables?  Claro que el entorno que rodea a esta manta afortunada es de lujo. Ese ventanal, esa luz, para ver llover, nevar o lo que se tercie.

Y si no sabes tejer y la vagancia para aprender puede contigo… siempre te queda la opción de comprar una manta, y personalizarla con unas buenas borlas! Pero eso sí, hechas por ti, eh? Que son faciloooonas facilonas! Damos fe, con nuestros marcapáginas porrompomperos!

Y ahora, con estas mantas… ¿quién quiere salir a la calle?